
Anomalías
Desde el mismo momento en que la radióloga pronunció esa palabra, nos hundimos. Empiezas a pensar y pensar... y lo peor es que, por más vueltas que le das, todo lo que se te viene a la cabeza es malo. Llegamos a casa con el niño y os puedo asegurar que fue la semana más horrible de mi vida. Estaba totalmente destruída. Fui perdiendo un kilo de peso diario, a veces más. No comía, no dormía. No podía dejar de mirar a Sergio. De pronto, se había convertido en una bomba de reloje